Primero tuvimos una pequeña fiesta en el colegio donde los padres asistieron con pasteles y cosas de comer típicas del país. Los chavales estaban muy emocionados bailando y pasando los últimos momentos en el colegio juntos.
A continuación, algunos padres propusieron ir a la bolera del pueblo para seguir con la fiesta de despedida allí. Los chavales hubieran preferido que ni los padres ni los profes les acompañaran a la bolera, pero la verdad es que los adultos también queríamos seguir charlando y pasando un momento agradable, así que nos incrustamos un poco en su fiesta y lo pasamos bien fisgando sus "tonterías" lo cual no les gustó demasiado.
Fue una noche muy bonita. Los chavales puedieron disfrutar de los últimos momentos de St. Dizier con sus amigos sin pensar demasiado en la lágrimas que iban a derramar al día siguiente.
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